lunes, 12 de octubre de 2015

Un frío día de octubre

Bueno, y es octubre, mes en que por primera vez fui mamá... Como olvidarlo... nueve meses casi esperando ese momento, si no es que más porque fue algo planeado... pero el instante en si, fue un tanto inesperado.

Yo me sentía mal, enferma de la garganta, cuerpo cortado, dolor de cabeza. Tenía cita la próxima semana con el especialista, pero acudí temprano con el médico por la enfermedad. Había gente antes que yo en fila, pero me mandaron a tomar la presión y hacer un chequeo con la enfermera. Salgo y llevo los resultados con la auxiliar del médico, pero yo ya lo sabía, mi presión arterial estaba elevada. Tenía 148/90.

Entro con la Doctora en cuanto se desocupó debido a esa situación y me revisa... Me manda antibiótico pero me recomienda ir de inmediato al Hospital que me correspondía para revisión en Urgencias con el especialista.

Iba con mi hermana así que ambas nos dirigimos, en transporte público al Hospital, mas de una hora en llegar he de ser honesta. Entro a Urgencias y hay una antesala, pero me toman la presión: 159/100 me meten a camilla y hacen revisión. Sin sufrimiento fetal, estuvieron revisando constantemente eso, me dieron medicamento, pero la presión no bajaba. Incluso me pusieron un baumanómetro fijo para estar midiendo la presión constantemente, duré mas de 12 horas y no cedía, pero constantemente revisada por los doctores.

Checaban mi dilatación, en realidad no había comenzado la labor de parto aun, pues tenía 36 semanas de gestación justa, decían que esperaba que mejorara pues tenía muy buen canal para parto normal, pero no sucedió, entonces a la una de la madrugada deciden realizar la cesárea.

Yo no quería que me pusieran anestesia para el parto, pero dada la situación fue inevitable, tenía miedo a la punción entre las vértebras, y esa ocasión me dio pavor. La razón, simple, me hacen la punción y piden que les ayude a colocarme bien en la camilla, ya no pude, mis piernas ya no respondían, mas pronto de lo normal... me dicen que no había problema, pero empiezan a revisarme. Estaba el anestesiologo revisando durante la operación y me pregunta si sentía las punciones que hacía en mis brazos.

En el izquierdo las sentí, pero el derecho estaba dormido, y se lo dije. El solo comento no es cierto, debe sentirlas y mi miedo creció. Apenas vi a mi bebé fuera y comencé a desesperar... tanto que me durmieron. Al despertar, solo esperaba el momento de moverme, ver que en realidad podía mover mi cuerpo... comencé conforme mi cuerpo lo permitía, poco a poco, pero la enfermera llegó diciendo que tenia que tranquilizarme... yo solo quería saber que mi cuerpo estaba bien.

Oía un llanto a la distancia... y comencé a mover mis piernas... Entonces la enfermera dice, si no se esta quieta no podré atender a su bebé y a los demás en el otro cuarto... en ese momento, me tranquilicé. Ya había visto que podía mover todo mi cuerpo y sabía que ese llanto era de mi bebé. Una hora después creo yo, tal vez un poco más, al fin lo pude tener en mis brazos...

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